· Historia y sociedad
El siglo XV
es denominado el Otoño de la Edad Media o Prerrenacimiento es el comienzo de un cambio de pensamiento, que
rompe con la concepción medieval del mundo. En la segunda mitad del siglo
XV, especialmente durante el reinado de los Reyes Católicos (1475-1516), las
ideas, formas y valores que caracterizan a la sociedad medieval van a ir
sufriendo una profunda transformación. A un mundo regido por la Providencia
divina (geocentrismo) va a
suceder otro centrado en el hombre, en sus capacidades intelectuales, físicas y
espirituales (antropocentrismo).
La vida ya no será un mero tránsito, sino algo que tiene sentido en sí mismo,
donde el hombre puede desarrollar todas sus potencias y cualidades.
La corriente
cultural que promueve esta nueva concepción de la existencia, que tiene como
modelo el mundo grecolatino de la Antigüedad
Clásica, viene de Italia (Dante, Tetrarca y Vocación) y
recibe el nombre de Humanismo.
En España
el siglo XV comienza en Castilla con guerras civiles, conflictos dinásticos,
rebeliones de la nobleza y revueltas de los campesinos.
Dominó el
clima de inestabilidad en los dos primeros tercios del siglo bajo la dinastía
de los Tras támara. A partir del último tercio, los Reyes Católicos imponen una
monarquía autoritaria y centralista. Durante su reinado, liquidan los restos de
feudalismo, dominan a la nobleza y a la iglesia, acaban la Reconquista del
1492, expulsan a los judíos e instauran la Inquisición.
En el
siglo XV aparecieron tensiones entre las distintas comunidades; la convivencia
entre musulmanes, judíos y cristianos se había ido deteriorando. La expulsión
de los judíos acrecentó la popularidad de la monarquía y también dio lugar a la
aparición de conversos o cristianos nuevos.
Al mismo
tiempo, el incremento del comercio favoreció el crecimiento de las ciudades y
el conocimiento de nuevas culturas. A raíz de eso, la burguesía más rica se
asimila a la nobleza e imita sus maneras y gustos.
· Cultura
La
cultura del siglo XV se caracteriza por la influencia del humanismo, que supone
la revaloración del conocimiento racional, de la cultura clásica y de las
lenguas vulgares. Con la invención de la imprenta, el ideal humanista se
difunde más fácilmente.
El
humanismo que centra su atención en el ser humano y en el conocimiento racional
es el primer elemento renacentista que aparece en la cultura hispánica.
El
entusiasmo humanista por la cultura clásica grecolatina llega a Italia.
La
creación de nuevas universidades que interesan por el saber humanístico (Alcalá
de Henares) contribuyen a la formación de hombres letrados.
El
prestigio de las lenguas vulgares deriva de la visión humanista y convive con
el entusiasmo por las lenguas clásicas. El influjo humanista explica las
traducciones de los libros religiosos, la aparición de las primeras gramáticas
y el interés por la literatura tradicional popular.
Las
cortes palaciegas se convierten en focos culturales, desde donde los mecenas
protegen a los hombres cultos o letrados. En los palacios, el saber se valora
como una de las virtudes imprescindibles del cortesano y la aristocracia se
interesa tanto por las nuevas formas de cultura como por la cultura popular
tradicional.
La
invención de la imprenta supuso un cambio radical en la difusión de los libros,
hasta entonces reservados a una minoría.
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